jueves, 14 de agosto de 2008

A tu sonrisa

Tu sonrisa, esa sonrisa que emana de tu boca,
princesa bella,
es una fuerte energía que me atrae hacia tí,
me lleva a tí, como
atraído por la ley de magneto.
Esa sonrisa, tierna mariposa, de alas
coloridas y cuerpo femenino,
semejante al de una diosa, tú, mujer divina.

Esa sonrisa que nace en el centro de tu corazón,
viaja por tu sangre,
corre hacia tu boca y es finalmente bendecida por tus labios,
esa sonrisa que refleja la tranquilidad de tu ser y
pureza de tu alma, es esa sonrisa,
la que siempre quiero ver salir de tus labios y
alimentarme de su esencia.

Tu sonrisa muñeca de ojos melancólicos
de singular hermosura, tu sonrisa,
sonrisa de niña fuerte, sonrisa de joven sincera y
de mujer madura pero inocente,
es ella la que me inspira a escribir este pequeño verso,
es ella la que me hace conocerte, bello amor,
tu propia belleza de particular naturaleza.


Déjame llegar entonces a las entrañas de tus sueños,
al alba de tu amor, al origen de tu felicidad y
al crepúsculo de tu tristeza, al silencio de tu alma
que más que silencio una canción de vida y
lozanía exclama con especial encanto,
con voz de amor, y alma de soledad,
pero fecundada con tu vida.

Dame tu mano y toma la mía
oh dulce y tierno tulipán matutino,
dulce soñadora vamos juntos al encuentro
del feliz destino de tu amor encendido,
alimentado por la fuerza de tu espíritu y
sostenido por la divinidad de tu hermosura y tu pureza,
regálame una mirada para que ya jamás sed mi alma tenga.

Dame tu sonrisa
para vivir y saber que vivo,
dame tu sonrisa
para saberte feliz en cada momento de tu vida,
oh mujer pura, sonrisa de sol
no dejes que tus labios escondan tu sonrisa
no dejes que el la tristeza apague
la pureza de tu ser,
ni el brillo de tus ojos;
¡Oh divina princesita!
No escondas tu sonrisa.

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