miércoles, 3 de septiembre de 2008

Un día después

En estos versos tan sinceros
quiero decirte que te quiero.
Ante estas lágrimas que lloro,
quiero que sepas que te añoro.
Y bajo esta noche clara y fría,
en una estrella reconozco tu mirada.

No puedo negar que me equivoco
como probablemente hoy lo hice
al sentir que debía hacer algo,
algo que tú no querías,
mas no fue para creerme indispensable
sino para ver morir la tristeza de tus ojos.

Te hablo ahora en silencio
mientras escucho latir mi corazón,
para saber que ríes plenamente,
para saber que lloro mientras pienso,
para saber que duermes sutilmente,
y que tu mente al fin descansa.

Deja pues que admita mi error,
y de tus ojos quita la tristeza,
En tus labios pinta esa sonrisa,
que en tu alma está esperando
a ser testigo de tu encanto y
de la grandeza de tu ser.

Si tienes ganas de llorar o reír,
búscame que ahí estaré,
pues tengo ganas de vivir,
entonces a pedirte consuelo también yo iré.

Doy gracias a Dios por su existencia,
Y a tí por ser como eres.

1 comentario:

Anónimo dijo...

...me gustó.

jejeje...sólo varas sos!